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Lysithea (Solo)

Lysithea volvió a su hogar para ayudar a sus padres en las labores de reconstrucción de sus territorios. Años más tarde, cuando se habían restañado las heridas de la guerra, renunció al título de la Casa Ordelia, cedió sus tierras a un noble vecino y desapareció junto con sus padres. Se desconoce adónde se dirigió o a qué se dedicó.

Byleth. Masculino. & Lysithea

Nieve plateada
Viento glauco

Tras ascender al trono como primer monarca del Reino de Fódlan, Byleth anunció su enlace con Lysithea, quien, antes de casarse, regresó a su hogar para ayudar a su padre a restaurar las tierras de los Ordelia y ceder después su control al gobierno del incipiente reino. Cumplida esta misión, Lysithea se despidió de su familia y se convirtió por fin en reina. Incluso tras desprenderse de sus dos emblemas, la monarca demostró gran aptitud para las tareas de gobierno, e hizo gala de una perspicacia e inteligencia poco comunes que ayudarían a construir un Reino de Fódlan próspero y más justo. La pareja tuvo muchos hijos y disfrutó de una larga y placentera vida.

Byleth. Masculino. & Lysithea

Luna añil

Tras proclamarse nuevo Arzobispo de la Iglesia de Seiros, Byleth anunció su enlace con Lysithea, quien, antes de casarse, regresó a su hogar para ayudar a su padre a restaurar las tierras de los Ordelia y ceder después su control a los nobles de los territorios colindantes. Cumplida esta misión, Lysithea se despidió de su familia y se convirtió por fin en la esposa del Arzobispo. Aun tras desprenderse de sus dos emblemas, demostró gran aptitud para asistir a su marido como consejera, e hizo gala de una perspicacia e inteligencia poco comunes que ayudarían a renovar la Iglesia de Seiros. La pareja tuvo muchos hijos y disfrutó de una larga y placentera vida.

Byleth. Masculino. & Lysithea

Flor carmesí

Casi sin dar tiempo a que Byleth y Lysithea anunciasen su compromiso, la guerra contra las Serpientes de las Tinieblas comenzó. Ambos lucharon sin descanso y, tras muchos avatares, lograron restaurar la paz en Fódlan. Cumplida su misión, abandonaron el ejército imperial para regresar a las tierras de los Ordelia, donde se casaron oficialmente y ayudaron a reparar los daños causados por la guerra. Después desaparecieron de la vida pública, junto con los padres de Lysithea, y poco más se supo de ellos, aunque corría el rumor de que se habían instalado en Derdriu, donde vivían tranquilamente dedicados a la repostería.

Edelgard & Lysithea

Tras la guerra, Edelgard y Lysithea se ocuparon de lo que quedaba de las Serpientes de las Tinieblas. La lucha se alargó durante más tiempo del previsto y resultó ardua, pero también reportó beneficios: el análisis de sus milenarias técnicas reveló un modo de recuperar los años de vida que a ambas les habían arrebatado. Concluido el conflicto, la emperatriz y su fiel consejera se centraron en la labor de gobernar Fódlan, reformando su rígido sistema de clases y promoviendo la libertad de sus gentes. Lysithea se ganó el apodo de «Luz del Imperio», y junto a Edelgard abrió el camino a una nueva era de paz y prosperidad.

Claude & Lysithea

Tras dejar el futuro de Fódlan en manos de sus amigos, Claude retornó a Almyra para reclamar el trono. Una vez convertido en rey, le propuso matrimonio a Lysithea para hacer realidad su sueño de mejorar las relaciones diplomáticas con Fódlan. Lysithea lo rechazó debido a su reducida esperanza de vida. Incapaz de olvidarla, Claude renunció al trono para embarcarse en la búsqueda de un modo de salvar a su amada. Años más tarde se presentó de improviso ante Lysithea para anunciarle que había encontrado un remedio; poco después, ambos escapaban en barco con destino incierto.

Linhardt & Lysithea

Linhardt continuó dedicándose a la investigación con la esperanza de encontrar la forma de librar a los portadores de sus emblemas para así salvar a Lysithea, pero seguía sin encontrar cura acabada ya la guerra. Su amada decidió entonces abandonar Garreg Mach y volver con sus padres, agradeciendo todos los desvelos de Linhardt y convencida de que la despedida era definitiva. Pero él no se rindió: arregló sus asuntos pendientes, renunció a su título y se trasladó a la Casa Ordelia para proseguir allí sus estudios, que darían fruto varios años después. Libre al fin de la carga de los emblemas, Lysithea también renunció a su título, se casó con Linhardt y ambos fueron muy felices.

Felix & Lysithea

Luna añil

Tras convertirse en el nuevo duque de Fraldarius, Felix se casó con Lysithea, cuya sabiduría lo ayudó a restaurar el orden tanto en sus posesiones como en el resto del Reino. Tampoco era raro verla codearse con el pueblo y guiarlo con sus juiciosos consejos. Tras su muerte, Felix recibió la visita de una persona que le trajo un pastel elaborado con una receta de Lysithea y que le gustó tanto que lo siguió comiendo el resto de sus días. Estos dulces llegaron a ser muy populares y entraron a formar parte de la repostería típica del norte de Faerghus.

Felix & Lysithea

Nieve plateada
Viento glauco
Flor carmesí

Felix renunció a su título nobiliario tras la guerra para ganarse la vida como soldado a sueldo. Recorrió el continente en busca de batallas en las que participar, como si deseara dejar de vivir, hasta que volvió a coincidir con Lysithea, quien vivía en una humilde aldea con sus padres. Felix comprendió el valor de la vida al ver que Lysithea no había perdido la sonrisa y trataba de disfrutar con sus padres, a sabiendas de que sus días estaban contados. Abandonó su espada para vivir con ella y ambos se dedicaron a la repostería. Sus dulces llegaron a ser muy populares y entraron a formar parte de la cocina típica de la región.

Lorenz & Lysithea

Lorenz, convertido en jefe de la Casa Gloucester, dedicó buena parte de sus energías al restablecimiento de sus tierras. Con el tiempo, acabó involucrándose de lleno en el gobierno de todas las tierras de Fódlan y ganándose el respeto como político por parte de la plebe. Un buen día anunció que se casaba con su prometida, Lysithea, hija única del antiguo conde de Ordelia. La unión fue muy bien acogida a pesar de que la novia había renunciado a su linaje. Debido a sus problemas de salud, rara vez se dejaba ver en público, aunque eso no implica que se mantuviera ociosa: se rumoraba que buena parte de las medidas políticas propuestas por Lorenz eran idea suya.

Raphael & Lysithea

Raphael regresó a casa para servir como caballero a su patria y, de paso, ayudar a su abuelo y a su hermana, Maya, en la posada que acababan de abrir. Dada la edad de su abuelo, Raphael no tardó muchos años en renunciar a su puesto como caballero y tomar las riendas del negocio familiar. Un día, llegaron a la posada un padre y su hija, que resultó ser Lysithea. Esta había renunciado a sus títulos nobiliarios y vivía en una aldea cercana. A partir de entonces, visitó con frecuencia a Raphael y a su hermana, con los que forjaría una relación tan estrecha que acabaría colaborando con ellos en la posada. Se dice que abrió su propio negocio y que vivió en paz el resto de sus días.

Ignatz & Lysithea

Lysithea volvió a su hogar y gobernó las tierras de su familia en nombre de sus padres. Cuando casi había acabado de reparar los daños causados por la guerra, renunció a su título y desapareció sin dejar ni rastro. Por su parte, Ignatz había convencido a su familia para convertirse en pintor paisajista y se dedicaba a viajar por todo el mundo para plasmar sobre el lienzo la gente y los lugares que veía. Por un capricho del destino, topó con Lysithea durante su periplo, y esta quedó obnubilada con su obra. Desde entonces viajaron juntos, y dicen que la mujer del cuadro más famoso de Ignatz, «Retrato de una Diosa», se inspiró en el rostro de Lysithea.

Lysithea & Hanneman

Lysithea regresó al territorio de los Ordelia —donde la esperaban sus padres— acompañada de Hanneman, que estaba empeñado en encontrar el modo de prolongar la esperanza de vida de la joven. Ambos se enfrascaron en complicadísimas investigaciones hasta que lograron diseñar un dispositivo capaz de eliminar los emblemas. Lysithea decidió entonces renunciar a su título para ayudar a Hanneman con su labor. Cuando este falleció, fue ella quien tomó su testigo, por lo que pasaría a la historia como «la gran dama de la emblemología».

Lysithea & Cyril

Lysithea regresó a su hogar con la intención de restaurar las tierras de su familia. Años más tarde, y tras haber cumplido su objetivo, viajó a Garreg Mach para informar a la Iglesia de que renunciaba al título de la Casa Ordelia. Allí se encontró con Cyril, que se había graduado en la Academia de Oficiales y ahora engrosaba las filas de los Caballeros de Seiros. Cuando vio a Lysithea, el joven se le declaró y le pidió matrimonio. Al principio ella se negó, preocupada por su corta esperanza de vida, pero la insistencia de Cyril acabó por desarmarla y finalmente accedió a pasar el resto de su vida con él. Poco más se sabe de ellos, salvo que fueron muy felices.

Lysithea (Solo)

Lysithea did not die

Volvió a su hogar tras la batalla de Garreg Mach, pero murió poco tiempo después. No pudo cumplir su promesa de acudir al rencuentro.

Lysithea (Solo)

Lysithea did not die

Cayó en: <Batallas>. <Mes> del año <Año>.

Balthus & Lysithea

Lysithea retornó a casa para ayudar a sus padres en la reconstrucción de su territorio. Balthus también puso su grano de arena; por ejemplo, valiéndose de su relación con su hermano, señor del territorio vecino. Una vez restauradas sus posesiones, Lysithea renunció al título de la Casa Ordelia, cedió el territorio a un noble local y se fue junto a sus padres y Balthus. Al parecer, se establecieron en Kupala, en la Garganta de Fódlan. Desconectados del mundo exterior, Lysithea y Balthus llevaron una vida apacible entre los habitantes de las montañas.