Marianne von Edmund
Hija adoptiva del marqués de Edmund
Endings
Marianne (Solo)
Marianne volvió a su hogar, donde fue recibida por el pueblo como una heroína. Reconociendo su valía, su padre adoptivo la eligió como su sucesora. Tal y como le había enseñado su padre biológico, Marianne siempre otorgó más importancia a las palabras que a las armas y pasó a la historia de Fódlan como una gran oradora.
Byleth. Masculino. & Marianne
Tras ascender al trono como primer monarca del Reino de Fódlan, Byleth anunció su enlace con Marianne, quien, antes de casarse, regresó a su hogar para preparar la ceremonia y aprender de su padre adoptivo los rudimentos de la administración de sus tierras. La fastuosa boda se celebró durante la luna arbórea, y los recién casados se enfrascaron entonces en la tarea de reconstruir Fódlan. Se dice que la sabiduría del rey impulsó un crecimiento incomparable en todo el continente, y su recuerdo permaneció imborrable en los libros de historia, pero quienes conocían a la reina sabían que su perspicacia fue la clave de la recuperación.
Byleth. Masculino. & Marianne
Tras proclamarse nuevo Arzobispo de la Iglesia de Seiros, Byleth anunció su enlace con Marianne, quien, antes de casarse, regresó a su hogar para preparar la ceremonia y aprender de su padre adoptivo los rudimentos de la administración de sus tierras. La fastuosa boda se celebró durante la luna arbórea, y los recién casados se enfrascaron entonces en la tarea de reconstruir Fódlan. Se dice que la sabiduría del Arzobispo impulsó un crecimiento incomparable en todo el continente, y su recuerdo permaneció imborrable en los libros de historia, pero quienes conocían a Marianne sabían que su perspicacia fue la clave de la recuperación.
Byleth. Masculino. & Marianne
Casi sin dar tiempo a que Byleth y Marianne anunciasen su compromiso, la guerra contra las Serpientes de las Tinieblas dio comienzo. Ambos lucharon sin descanso y, tras muchos avatares, lograron restaurar la paz en Fódlan. Cumplida su misión, abandonaron el ejército imperial para viajar a las tierras de los Edmund, donde se casaron oficialmente y aprendieron el arte de la política de mano del marqués. Con la aprobación de la emperatriz, la pareja se anexionó parte del territorio de los Riegan, incluida la ciudad de Derdriu, y promovió medidas para mejorar las relaciones y el comercio internacional. Su contribución al renacer del Imperio fue inestimable.
Dimitri & Marianne
Dimitri fue coronado como nuevo monarca del Sacro Reino de Faerghus y pasó el resto de su vida gobernando Fódlan con mano firme pero justa. Varios años después se casó con Marianne, quien, en su papel de reina consorte, fue responsable directa de muchos de los grandes avances de su época, algo que ella achacaba a la educación recibida de su padre adoptivo, el marqués de Edmund. Se dice que, cuando Dimitri cayó mortalmente enfermo, Marianne no se separó de su lado en ningún momento. Un pasaje del diario de la reina rezaba: «No cambiaría la felicidad que él me hizo sentir por nada en el mundo».
Claude & Marianne
Tras dejar el futuro de Fódlan en manos de sus amigos, Claude retornó a Almyra para reclamar el trono. Años más tarde, una vez convertido en rey, inició el establecimiento de rutas comerciales con Fódlan y entró en negociaciones con el marqués de Edmund. Durante las cumbres volvió a rencontrase con Marianne, quien se había convertido en una mujer sabia y talentosa bajo la guía de su padre adoptivo. Esta le ofreció su colaboración para lograr una relación de amistad entre las dos naciones, lo que derivó en que cayeran profundamente enamorados el uno del otro.
Ferdinand & Marianne
Tras convertirse en el nuevo duque de Aegir, Ferdinand anunció su compromiso con Marianne y emprendió una serie de reformas políticas en sus posesiones. Entretanto, Marianne volvió con su padre adoptivo para aprender a gobernar. El duque de Aegir sintió gran felicidad al saber que su mujer deseaba participar de manera activa en la administración de su señorío. Juntos lograron que el ducado se convirtiera en uno de los territorios más prósperos de Fódlan. Ferdinand ordenó erigir una estatua de bronce en honor de su esposa, pero esta solicitó que no se instalase en ningún lugar público.
Ferdinand & Marianne
Una vez en posesión del título de duque de Aegir, Ferdinand anunció su enlace con Marianne. Con el apoyo de la Casa Edmund, ambos emprendieron una serie de reformas políticas en el ducado. La ayuda del duque, aunque esencial, era insuficiente para la recuperación, por lo que Marianne decidió tomar un papel más activo en la gestión de sus posesiones. Su gran desempeño se tradujo en una nueva época de prosperidad. Se dice que Ferdinand ordenó erigir una estatua de bronce en honor de su esposa, pero esta solicitó que no se instalase en ningún lugar público.
Linhardt & Marianne
Marianne, que regresó a su hogar, demostró a su padre adoptivo su valía y recibió formación para gobernar las tierras de la familia. Linhardt renunció a su título y se trasladó también a la Casa Edmund. Al marqués le agradó su peculiar carácter y dio el visto bueno a su enlace con Marianne, además de prometerle financiación para sus investigaciones. Años después, Marianne heredó el título de marquesa e inició una reforma profunda en la región. Se cuenta que le encontró utilidad a cada uno de los experimentos de Linhardt, aprovechándolos para mejorar las condiciones de vida de las gentes.
Ashe & Marianne
Ashe fue nombrado caballero tras la guerra y heredó el título de la Casa Gaspard, que no tenía más pretendientes. Al principio de su mandato, su juventud e inexperiencia resultaron un obstáculo, pero acabaría superándolo gracias a la aparición de Marianne. La hija adoptiva del marqués de Edmund se convirtió en la consejera de Ashe y puso en práctica todo lo que su padre le había enseñado para respaldar a su nuevo señor e impulsar el crecimiento de la región. Los dos jóvenes se enamoraron y pronto anunciaron su boda. Cuando Ashe preguntaba a Marianne por qué lo había apoyado sin ambages desde el primer día, esta respondía feliz que era lo que siempre había soñado.
Lorenz & Marianne
Lorenz, convertido en jefe de la Casa Gloucester, dedicó buena parte de sus energías al restablecimiento de sus tierras. Con el tiempo, acabó involucrándose de lleno en el gobierno de todas las tierras de Fódlan y ganándose el respeto como político por parte de la plebe. Un buen día anunció que se casaba con su prometida, Marianne, hija adoptiva del marqués de Edmund, de quien había aprendido el arte de administrar sus territorios. Tras casarse con Lorenz, participó con frecuencia en la política fodlanesa. La pareja promocionó activamente la ganadería como forma de vida, ganándose el sobrenombre de «padres de rocines y reses»... para disgusto del propio Lorenz.
Raphael & Marianne
Tras servir como caballero a su patria, Raphael abrió una posada. Aseguraba que a la gente le encantaba comer rodeada de aves, de modo que colocó un comedero junto a la puerta de la posada y la nombró «Viandas en Volandas». Se hizo tan famosa que mucha gente viajaba desde tierras lejanas solo para visitarla. Un día, apareció una mujer que parecía capaz de comunicarse con las aves; resultó ser Marianne, que había oído hablar de la posada y quería verla con sus propios ojos. Raphael, encantado, la invitó a quedarse en ella, a lo que Marianne accedió sin dudarlo. Gracias a su talento para hablar con los pájaros, el negocio floreció todavía más.
Ignatz & Marianne
Marianne, que regresó a su hogar, demostró a su padre adoptivo su valía y, tras un periodo de formación, acabó gobernando las tierras de la familia. Por su parte, Ignatz había convencido a su familia para convertirse en pintor paisajista y se dedicaba a viajar por todo el mundo para plasmar sobre el lienzo la gente y los lugares que veía. Por un capricho del destino, topó con Marianne durante su periplo, y esta quedó obnubilada con su obra. Desde entonces viajaron juntos, y tiempo después formalizaron su relación casándose. Formaban una pareja tan peculiar que sus anécdotas inspiraron un sinfín de simpatiquísimas obras de teatro.
Marianne & Hilda
Hilda y Marianne regresaron a sus respectivos hogares, pero se mantuvieron en contacto por correspondencia y su amistad perduró. La afición de Hilda por fabricar accesorios la llevó a planear la apertura de una escuela para formar a grandes artesanos. Cuando le explicó su idea a Marianne, esta se comprometió a financiarla con los fondos de la Casa Edmund. Años después, las escuelas de artesanía de Hilda poblaban todo Fódlan, produciendo talentos inigualables y obras de calidad nunca vista. La propia Hilda creó accesorios que envió después a Marianne y que devinieron tesoros de incalculable valor, conservados en museos.
Marianne & Hanneman
Marianne y Hanneman mantuvieron el contacto tras la guerra por correspondencia y su amistad perduró. Los estudios emblemológicos de Hanneman atravesaban un mal momento, pero Marianne se comprometió a patrocinarlos con los fondos de la Casa Edmund, y las investigaciones acabaron por dar su fruto: armas y herramientas mágicas que podían usar los no portadores, y que empezaron a producirse en masa poco después. Cuando Marianne heredó el título de los Edmund, quiso que una parte de los fondos se destinasen a investigar usos pacíficos de la emblemología. Los resultados de esta iniciativa serían su mayor legado a la historia de Fódlan.
Marianne (Solo)
Desapareció a lomos de un caballo tras la batalla de Garreg Mach. No pudo cumplir su promesa de acudir al rencuentro.
Marianne (Solo)
Cayó en: <Batallas>. <Mes> del año <Año>.