Me gustaría estudiar el emblema de cierta persona,
pero, por mucho que insisto, siempre se niega...
Tiene que haber un modo de hacerle cambiar de opinión.
No hay nada como ir con la verdad por delante.
Intenta proponerle un soborno.
Creo que lo mejor será que lo des por imposible.
Hay cierta persona con la que no me llevo nada bien.
Ya sé que es un poco pueril, pero siempre acabamos
discutiendo. ¿No habrá algún modo de remediarlo?
Pórtate con esa persona como lo harías con un amigo.
No pasa nada por discutir a menudo.
Quizá lo mejor es que pongas distancia de por medio.
Parte 2
Es necesario mantener el orden en los aposentos, eso está
claro, pero también me gustaría que el campo de batalla
fuera menos caótico, aunque ya sé que eso es imposible.
El caos ayuda a apreciar las bondades del orden.
Basta con dejar el campo de batalla limpio de enemigos.
Es inevitable mancharse las manos de sangre en batalla.
Temo que moriré antes de ver culminada mi tarea,
por lo que debo encontrar un sucesor. ¿Dónde puedo
encontrar un joven brillante que siga mis pasos?