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Bernadetta (Solo)

Bernadetta heredó de su padre el título de condesa de Varley, pero se limitó a encerrarse en su alcoba y dejó completamente de lado la política para centrarse solo en la administración de su territorio. Sus costumbres le valieron el nombre de «Reclusa de Varley» entre el pueblo.

Byleth. Masculino. & Bernadetta

Nieve plateada
Viento glauco

Tras acceder al trono como primer monarca del Reino de Fódlan, Byleth anunció su enlace con Bernadetta, que había heredado el título de condesa de Varley. Muchos temieron que se recluyese en sus tierras, pero se trasladó a la corte con el rey y lo acompañó allá adonde fuese. A pesar de todo, Bernadetta nunca pudo superar su gran timidez, de modo que procuraba rodearse de sirvientes discretos que no la asustasen. Por lo general, estos sirvientes resultaron ser también bastante eficientes, así que Bernadetta se ganó fama de tener buen ojo para juzgar a la gente.

Byleth. Masculino. & Bernadetta

Luna añil

Tras su nombramiento como nuevo Arzobispo de la Iglesia de Seiros, Byleth anunció su enlace con Bernadetta, que había heredado el título de condesa de Varley. Muchos temieron que se recluyese en sus tierras, pero se trasladó a Garreg Mach y acompañó al Arzobispo en sus viajes. A pesar de todo, Bernadetta nunca pudo superar su gran timidez, por lo que el clero se llenó de colaboradores que no la asustaban. Por lo general, estos ayudantes resultaron ser también bastante eficientes, así que Bernadetta se ganó fama de tener buen ojo para juzgar a la gente.

Byleth. Masculino. & Bernadetta

Flor carmesí

Casi sin dar tiempo a que Byleth y Bernadetta celebrasen su enlace, la lucha contra las Serpientes de las Tinieblas dio comienzo. Bernadetta había heredado el título de condesa de Varley, por lo que muchos temieron que se recluyese en sus tierras. Sin embargo, se unió a la causa de su marido y lo siguió adonde fuese. Curtida en multitud de batallas, terminó por convertirse en una guerrera consumada que no se arredraba ante nadie.

Edelgard & Bernadetta

Cuando heredó de su padre el título de la Casa Varley, Bernadetta trató de alejarse de la política y recluirse en sus dominios, pero Edelgard, la flamante emperatriz de Adrestia, no lo permitió. Nombró a Bernadetta consejera del gobierno de Fódlan, en parte quizá con la intención de introducir algo de pasión en un ejecutivo un tanto desapegado y frío. Se contaba que la nueva asesora se tomaba los asuntos que la emperatriz decidía consultar con ella muy a pecho, y que, en ocasiones, sus lamentos y gritos de pánico podían oírse desde los alrededores del palacio.

Hubert & Bernadetta

El repentino enlace del recién nombrado ministro del Consejo Imperial con la nueva condesa de Varley fue durante largo tiempo el tema de conversación de la corte del refundado Imperio de Adrestia. Tras el matrimonio, Bernadetta emprendió una serie de viajes por los vastos territorios del Imperio mientras que Hubert se dedicó con gran éxito a la administración del condado de Varley. La pareja se entendía a la perfección y colaboró para proteger Fódlan de las amenazas. Se dice que, para mostrar el amor que se profesaban, ambos llevaban bordadas bellas flores a juego.

Ferdinand & Bernadetta

Flor carmesí

Tras la guerra, Bernadetta renunció a su título hereditario de condesa de Varley y se desposó con Ferdinand, quien se convirtió en el nuevo duque de Aegir. Ambos iniciaron una serie de reformas en el ducado y trabajaron para restaurar el orden en sus posesiones. Ferdinand delegó en su esposa la administración de sus tierras cuando accedió al puesto de primer ministro por la eficaz gestión de sus territorios. Debido a que Bernadetta se negaba a salir del ducado, Ferdinand se vio obligado a dividir su tiempo entre la capital y sus tierras, pero siempre volvía a casa con una sonrisa.

Ferdinand & Bernadetta

Not Flor carmesí

Tras la guerra, Bernadetta renunció a su título hereditario de condesa de Varley y se desposó con Ferdinand, quien se convirtió en el nuevo duque de Aegir. Ambos iniciaron una serie de reformas en el ducado y trabajaron para restaurar el orden en sus posesiones. Ferdinand delegó en su esposa la administración de sus tierras cuando fue llamado a ayudar en la gestión política de Fódlan. Debido a que Bernadetta se negaba a salir del ducado, Ferdinand se vio obligado a viajar continuamente, pero siempre volvía a casa con una sonrisa.

Linhardt & Bernadetta

Flor carmesí

Linhardt y Bernadetta causaron un gran revuelo cuando renunciaron a sus títulos y huyeron para casarse en Garreg Mach. En el monasterio la pareja podía sentirse en paz y olvidar la actualidad política. La Academia de Oficiales volvió a abrir sus puertas cuando el Imperio restauró el poder de la Iglesia y la pareja aceptó entrar a formar parte de su profesorado. A Linhardt era frecuente verlo dormirse en mitad de sus lecciones, mientras que a Bernadetta lo frecuente era no verla, sin más, excepto en el aula.

Linhardt & Bernadetta

Not Flor carmesí

Linhardt y Bernadetta causaron un gran revuelo cuando renunciaron a sus títulos y huyeron para casarse en Garreg Mach. En el monasterio la pareja podía sentirse en paz y olvidar la actualidad política. La Academia de Oficiales volvió a abrir sus puertas cuando se restauró el poder de la Iglesia y la pareja aceptó entrar a formar parte de su profesorado. A Linhardt era frecuente verlo dormirse en mitad de sus lecciones, mientras que a Bernadetta lo frecuente era no verla, sin más, excepto en el aula.

Caspar & Bernadetta

Tras muchas discusiones acerca de su futuro matrimonio, Caspar accedió a la petición de Bernadetta de entrar a formar parte de la Casa Varley, cuyo título iba a heredar ella. El carácter de Caspar nunca cambió, y, cada vez que este provocaba alguna trifulca, Bernadetta lo obligaba a prometer por escrito que jamás volvería a repetirla. La lista llegó a ser tan larga que pasó a la historia como «los 47 mandamientos de Bernadetta», aunque hay que decir que alguno parecía de lo más insólito, como el de «No confundirás a Bernadetta con una de tus hijas». Y es que la pareja, mandamientos aparte, se llevaba tan bien que tuvo una descendencia numerosísima.

Bernadetta & Felix

Luna añil

Tras el fin de la guerra, Felix heredó de su padre, lord Rodrigue, el título de duque de Fraldarius. Se casó con Bernadetta, quien renunció a su título de la Casa Varley para vivir con él. Tras reparar los desastres de la guerra en sus tierras, Felix siguió viajando por todo Fódlan en representación del rey. Bernadetta, a quien el frío clima de Faerghus había convertido en una reclusa aún más recalcitrante, se encargaba de los asuntos locales en ausencia de su marido. Sin embargo, siempre que él regresaba, dejaba de lado sus manías y era capaz de salir de la habitación con tal de no separarse de su lado.

Bernadetta & Felix

Not Luna añil

Tras el fin de la guerra, Felix se propuso hacer un viaje en solitario, pero Bernadetta le imploró que no se marchase, y acabó casándose con ella y pasando a formar parte de la Casa Varley, cuyo título había heredado su esposa. La pareja se llevaba de maravilla, tanto que, cuando Felix planteó recluirse en los picos de Oghma para entrenar, Bernadetta se echó a llorar y agarró a su marido con una fuerza inusitada, impidiendo que se moviera. Dado que Bernadetta no salía jamás de casa, la gente empezó a pensar que Felix era el nuevo mandamás, y, de hecho, cada vez firmaba con mayor frecuencia documentos como «Felix, conde de Varley».

Bernadetta & Raphael

Bernadetta heredó de su padre el título de condesa de Varley, pero se encerró en su alcoba y dejó de lado la administración de sus tierras. Acudió en su ayuda Raphael, que trató de animarla a ser más sociable. Al principio, Bernadetta se resistía (llegó a dejar escrito en su diario que la experiencia le resultaba humillante), pero la terapia terminó dando sus frutos. La condesa de Varley llegó a ser una persona extrovertida que gozó de gran autoridad y acabó desposándose con un hombre muy fornido.

Bernadetta & Seteth

Tras la guerra, Seteth permaneció en Garreg Mach, donde se entregó a la reconstrucción de la Iglesia. No tardó en unirse a él Bernadetta, que había renunciado al título de la Casa Varley para vivir recluida en el monasterio. Con el paso de los años, Seteth escribió una extensa colección de fábulas, primero en sus ratos libres y más tarde como dedicación principal. Su obra llegó a alcanzar gran fama entre los niños de todo Fódlan, en parte gracias a sus magníficas ilustraciones. Cuando se le preguntaba por la autoría de estas últimas, Seteth solía responder: «Pregúntale a mi esposa... si la ves fuera de sus aposentos».

Bernadetta (Solo)

Bernadetta did not die

Enfermó gravemente tras la batalla de Garreg Mach y vivió recluida el resto de sus días. No pudo cumplir su promesa de acudir al rencuentro.

Bernadetta (Solo)

Bernadetta did not die

Cayó en: <Batallas>. <Mes> del año <Año>.

Jeritza & Bernadetta

Flor carmesí

Una vez concluida la guerra, Jeritza se dedicó en cuerpo y alma a luchar contra las Serpientes de las Tinieblas. Con el rostro oculto tras su macabra máscara, arrasó el campo de batalla con su guadaña, sembrando el pánico entre aliados y enemigos por igual. Tras el fin de las hostilidades, desapareció sin previo aviso. Se dice que, por esas mismas fechas, llegó un visitante a las tierras de los Varley. A pesar de que Bernadetta seguía viviendo en reclusión tras recibir de su padre el título de condesa, se le vio a menudo paseando con el misterioso visitante. De estas escenas se conserva un famoso cuadro que, según se cuenta, pintó la propia Bernadetta.

Yuri & Bernadetta

Bernadetta heredó la jefatura de la Casa Varley, pero su gran timidez le impedía cumplir su deber con eficacia. Un buen día coincidió con Yuri, que pasaba por las tierras de los Varley, y ya no se separó de él hasta que este aceptó convertirse en su marido. Aunque los súbditos no daban crédito, se dice que nadie estaba más perplejo por este enlace que el propio Yuri. En todo caso, la unión propició una mayor cercanía de la condesa con el pueblo, ya que Yuri logró que su esposa abandonase en ocasiones su encierro. Bernadetta gobernó su territorio con sabiduría y pasó a la historia como una dirigente capaz y brillante.