Dorothea Arnault
Antigua cantante de la Compañía Operística Mittelfrank
Endings
Dorothea (Solo)
Dorothea volvió a la Compañía Operística Mittelfrank en cuanto acabó la guerra y trabajó incansablemente para hacerla renacer de sus cenizas. Gracias a su talento como cantante, la compañía operística recuperó su popularidad. Cumplida así su misión, Dorothea designó una sucesora y abandonó los escenarios para siempre. Más tarde conoció al amor de su vida y vivió feliz y tranquila el resto de sus días.
Byleth. Masculino. & Dorothea
Tras acceder al trono como primer monarca del Reino de Fódlan, Byleth anunció su enlace con Dorothea, la antigua cantante de ópera, cuyas apariciones en público cesaron casi por completo. Se convirtió en la más estimada consejera del rey, que se desvivía por reconstruir un continente arrasado, y que apreciaba contar con una opinión menos encorsetada que las habituales entre la nobleza. Años después de la muerte de Dorothea, se descubrió un diario que arrojaba luz sobre su feliz vida privada junto al rey. Incluía bellos sonetos que se dedicaron el uno al otro y que posteriormente fueron publicados en una antología poética.
Byleth. Femenino. & Dorothea
Tras acceder al trono como primera monarca del Reino de Fódlan, Byleth anunció su enlace con Dorothea, la antigua cantante de ópera, cuyas apariciones en público cesaron casi por completo. Se convirtió en la más estimada consejera de la reina, que se desvivía por reconstruir un continente arrasado, y que apreciaba contar con una opinión menos encorsetada que las habituales entre la nobleza. Años después de la muerte de Dorothea, se descubrió un diario que arrojaba luz sobre su feliz vida privada junto a la monarca. Incluía bellos sonetos que se dedicaron la una a la otra y que más tarde fueron publicados en una antología poética.
Byleth. Masculino. & Dorothea
Tras acceder al trono como nuevo Arzobispo de la Iglesia de Seiros, Byleth anunció su enlace con Dorothea, la antigua cantante de ópera, cuyas apariciones en público cesaron casi por completo. Se convirtió en la más estimada consejera del Arzobispo, que se desvivía por reconstruir un continente arrasado, y que apreciaba contar con una opinión menos encorsetada que las habituales entre el clero. Años después de la muerte de Dorothea, se descubrió un diario que arrojaba luz sobre su feliz vida privada junto al Arzobispo. Incluía bellos sonetos que se dedicaron el uno al otro y que más tarde fueron publicados en una antología poética.
Byleth. Femenino. & Dorothea
Tras acceder al trono como nueva Arzobispa de la Iglesia de Seiros, Byleth anunció su enlace con Dorothea, la antigua cantante de ópera, cuyas apariciones en público cesaron casi por completo. Se convirtió en la más estimada consejera de la Arzobispa, que se desvivía por reconstruir un continente arrasado, y que apreciaba contar con una opinión menos encorsetada que las habituales entre el clero. Años después de la muerte de Dorothea, se descubrió un diario que arrojaba luz sobre su feliz vida privada junto a la Arzobispa. Incluía bellos sonetos que se dedicaron la una a la otra y que más tarde fueron publicados en una antología poética.
Byleth. Masculino. & Dorothea
Poco después del enlace entre Byleth y Dorothea, comenzó la guerra contra las Serpientes de las Tinieblas. Sin embargo, ella no tomó las armas y se limitó a cuidar del hogar y a ofrecer apoyo moral a su marido, que luchaba por traer una paz duradera a Fódlan. Años después de la muerte de Dorothea, se descubrió un diario que arrojaba luz sobre su feliz vida privada junto a su esposo. Incluía bellos sonetos que se dedicaron el uno al otro y que más tarde fueron publicados en una antología poética.
Byleth. Femenino. & Dorothea
Poco después del enlace entre Byleth y Dorothea, comenzó la guerra contra las Serpientes de las Tinieblas. Sin embargo, Dorothea no tomó las armas y se limitó a cuidar del hogar y a ofrecer apoyo moral a su esposa, que luchaba por traer una paz duradera a Fódlan. Años después de la muerte de Dorothea, se descubrió un diario que arrojaba luz sobre su feliz vida privada junto a Byleth. Incluía bellos sonetos que se dedicaron la una a la otra y que más tarde fueron publicados en una antología poética.
Edelgard & Dorothea
Como soberana del nuevo Imperio de Adrestia, Edelgard devolvió a Enbarr su antiguo esplendor. Reconstruyó el edificio de la ópera, lo que inspiró a la Compañía Operística Mittelfrank a crear una magnífica obra sobre las aventuras de la emperatriz y sus compañeros, protagonizada ni más ni menos que por Dorothea. Al principio, Edelgard se oponía a que el espectáculo viera la luz, pero, tras comprobar la pasión con la que Dorothea interpretaba su papel, cambió de parecer. Desde entonces, se dice que la emperatriz adquirió un inusitado gusto por la ópera, y que asistía a funciones siempre que se le presentaba la ocasión.
Hubert & Dorothea
Tras la guerra, la Compañía Operística Mittelfrank pudo retomar su actividad gracias en gran parte al mecenazgo de Hubert, el confidente de la emperatriz. Dorothea volvió a los escenarios, recorrió todo Fódlan y donó una generosa parte de sus ganancias para paliar los estragos de la guerra. El pueblo estaba hambriento de cualquier distracción que les hiciera olvidar las penurias de la guerra, por lo que la gira de la compañía tuvo un éxito sin precedentes y les granjeó más popularidad que nunca. Durante años nadie llegó a sospechar que tal gira no fue más que una tapadera controlada por Hubert y Dorothea para reunir información para el Imperio.
Ferdinand & Dorothea
Tras convertirse en el nuevo duque de Aegir, Ferdinand emprendió una serie de reformas políticas en sus tierras encaminadas a mejorar las condiciones de vida de la plebe y que propiciaron una pronta recuperación tras la guerra. Al parecer, detrás de estas iniciativas no se encontraba otra que la bella cantante Dorothea. El éxito de Ferdinand no pasó desapercibido para la emperatriz Edelgard, quien lo nombró primer ministro y le encomendó la gestión de todos sus territorios. Su vida no conoció descanso desde entonces, pero eso no le impidió ser feliz con su esposa y sus retoños en un hogar donde nunca faltó la música.
Ferdinand & Dorothea
Tras reclamar el título de duque de Aegir, Ferdinand emprendió una serie de reformas políticas en sus tierras encaminadas a mejorar las condiciones de vida de la plebe y que propiciaron una pronta recuperación tras la guerra. Al parecer, detrás de estas iniciativas no se encontraba otra que la bella cantante Dorothea. El éxito de Ferdinand le permitió acceder a un puesto desde el que extendió sus medidas políticas a todo Fódlan. Su vida no conoció descanso a partir de entonces, pero eso no le impidió ser feliz con su esposa y sus retoños en un hogar donde nunca faltó la música.
Linhardt & Dorothea
A la conclusión de la guerra, Linhardt decidió heredar el título de conde de Hevring. Aprendió a administrar sus tierras, algo que jamás había suscitado su interés, y años después se casó con Dorothea. Mientras se las arreglaba de algún modo para cumplir con sus deberes como mandatario, no dejó de lado sus investigaciones, cuyos resultados prácticos eran en ocasiones poco claros, pero que Dorothea se encargaba de transformar y dotar de utilidad pública. Cuando se les acusaba de ser unos dirigentes atípicos en la historia de Fódlan, ambos se reían y argüían con retranca que «quien mira al pasado se pierde el presente y no ve venir el futuro», su refrán favorito.
Caspar & Dorothea
Las hazañas de Caspar durante la contienda le valieron el nombramiento como ministro de Guerra del nuevo Imperio de Adrestia, puesto desde el que comandó a todo el ejército. A pesar de su impulsividad, supo capear las grandes crisis con éxito. Al concluir cada batalla, siempre se dirigía al mismo sitio: a casa de Dorothea, que tras la guerra había refundado la Compañía Operística Mittelfrank y pretendía devolverle su gloria perdida. Con el tiempo, cumplida su misión, Dorothea volvería a desaparecer de los escenarios. Se dice que ella y Caspar vivieron juntos y felices el resto de sus días, pero nadie lo sabe con certeza.
Caspar & Dorothea
Tras la guerra, Caspar emprendió un largo viaje para encontrarse a sí mismo que lo llevó a todos los confines de Fódlan y, en ocasiones, fuera del continente. Durante su periplo, y debido a su impulsividad, provocó un sinfín de escenas hilarantes. Al final de su larga odisea, se dirigió a Enbarr para visitar a Dorothea, que había refundado allí la Compañía Operística Mittelfrank y pretendía devolverle su gloria perdida. Con el tiempo, cumplida su misión, volvería a desaparecer de los escenarios. Se dice que ella y Caspar vivieron juntos y felices el resto de sus días, pero nadie lo sabe con certeza.
Dorothea & Felix
Tras el fin de la guerra, Felix heredó de su padre, lord Rodrigue, el título de duque de Fraldarius. Se casó con Dorothea y se fueron a vivir juntos. Durante mucho tiempo, después incluso de reparar los desastres de la guerra en sus tierras, Felix siguió viajando por todo Fódlan en representación del rey. Dorothea siempre lo acompañó, incluso cuando la misión implicaba entrar en combate. De hecho, las leyendas sobre las hazañas bélicas de la pareja sobrevivieron durante generaciones, casi siempre en forma de óperas compuestas —se cuenta— por la propia Dorothea.
Dorothea & Felix
La conclusión de la guerra no supuso un fin abrupto de las hostilidades: se seguían produciendo escaramuzas con frecuencia, lo que llevó a Felix, siempre sediento de lucha, a renunciar a su título nobiliario y vivir como soldado de fortuna. Años después, durante una de sus misiones, Felix visitó Enbarr y se encontró con Dorothea, que había decidido retomar su carrera como cantante de ópera. Desde entonces, Felix aprovechaba cada permiso para asistir a los espectáculos protagonizados por Dorothea. Se dice que, cuando ella lo veía entre el público, solo cantaba para él.
Dorothea & Sylvain
Tras nada menos que diez proposiciones de matrimonio rechazadas, Sylvain consiguió al fin el «sí» de Dorothea. Una vez casado, ya como marqués de Gautier, se dedicó a mejorar las relaciones con el pueblo sreng y a promover entre la nobleza un modo de vida en el que reliquias y emblemas no resultaban indispensables. Con el apoyo de Dorothea, logró hacer realidad sus ideas. Para sorpresa de propios y extraños, también cumplió con creces la promesa que le hizo a su esposa el día de su boda: «Seremos felices, comeremos perdices y... ¡no le tiraré los tejos a nadie más!».
Dorothea & Petra
Petra regresó a las islas de Brigid, su patria, donde heredó el trono de su abuelo. Abolió el vasallaje que su pueblo rendía a Fódlan y promovió unas relaciones cordiales pero de igualdad con el continente. A su lado siempre estuvo Dorothea, que había viajado a Brigid con ella. Gracias a la red de contactos que había tejido durante su época como cantante de ópera, incluso entre la nobleza —por la que nunca había ocultado su desdén—, la misión dio los frutos esperados. Dorothea ya se había ganado el amor de Petra, pero, tras sus éxitos diplomáticos, el pueblo de Brigid también cayó rendido a sus pies.
Dorothea & Lorenz
Lorenz, convertido en jefe de la Casa Gloucester, dedicó buena parte de sus energías al restablecimiento de sus tierras. Con el tiempo, acabó implantando sus políticas en todas las tierras de Fódlan. Cuando estaba en la cima de su carrera política, anunció su enlace con Dorothea, que había retomado su carrera como cantante de la Compañía Operística Mittelfrank. Su boda fue la comidilla de las tertulias de la época, y la pareja se convirtió en un icono para la sociedad fodlanesa durante décadas.
Dorothea & Hanneman
A pesar de los cambios que había experimentado Fódlan, La meta de Hanneman permaneció inalterable: descifrar el funcionamiento de los emblemas y acabar con las desigualdades sociales que causaban. La ingente labor del «Padre de la Emblemología» dio sus frutos y le permitió crear instrumentos mágicos que podían ser usados por quienes carecían de emblema. Hanneman también se convirtió en padre, en el sentido más común del término, tras casarse con Dorothea, la cantante, con quien tuvo muchos hijos. Sin embargo, siempre mantuvieron su relación al margen de la opinión pública para no perjudicar sus carreras.
Dorothea & Manuela
Cuando estaba a punto de desaparecer, la Compañía Operística Mittelfrank resurgió cual ave fénix con la vuelta a los escenarios de dos de sus estrellas: Dorothea y Manuela. Su gira las llevó por todo Fódlan, e incluso actuaron para las tropas del frente. Lograron levantar la moral a un pueblo que deseaba olvidar la guerra y destinaron parte de sus ingresos a la beneficencia. Al acabar el conflicto, ambas se retiraron del mundo del espectáculo. Ya habían cumplido el sueño de actuar juntas sobre un escenario y ahora querían disfrutar de su vida en común el resto de sus días.
Dorothea (Solo)
Se refugió con sus compañeros de la ópera en un lugar desconocido tras la batalla de Garreg Mach. No pudo cumplir su promesa de acudir al rencuentro.
Dorothea (Solo)
Cayó en: <Batallas>. <Mes> del año <Año>.
Yuri & Dorothea
A pesar del caos que provocó la guerra, la excantante Dorothea fundó una modesta compañía operística que atrajo a grandes talentos líricos de diversas extracciones sociales. Tras décadas de arduo trabajo, llegó incluso a rivalizar con la mismísima Compañía Operística Mittelfrank. De todo su repertorio, la obra favorita del público era una obra que narra cómo una cantante desencantada conoce a un joven ambicioso y regresa a los escenarios... Dicha historia los hizo pasar a la posteridad.