Dimitri & Mercedes B / houses.fedatamine.com

Dimitri, Mercedes enter the scene

Mercedes, lamento tener que pedírtelo, pero... ¿podrías echarme una mano?

¿Con qué? Ah, ¿con la manga que te destrocé con la espada? Arreglarla debería ser bastante fácil.

Sí, ya sé que resulta penoso, pero mi talento con la aguja brilla por su ausencia, para ser sincero...

Ay, pobrecito. No te debió de hacer ninguna gracia que te rasgara el puño de la manga.

B-bueno... la verdad es que...

Escucha... ¿te importaría enseñarme a coser? He oído que se te da muy bien.

Je, je, faltaba más... Y no me pongas ojos de cordero degollado, anda, que no es para tanto.

¿De verdad? Gracias, Mercedes. Te debo una.

Voy por el costurero. ¡Vuelvo enseguida!

Cuánto lo siento, Dimitri, pero nunca he visto... Quiero decir, está un poco...

Por favor, no te andes con rodeos. Mi torpeza resulta intolerable, ¿no es cierto?

Es que... Pensé que quizá llegarías a romper un par de agujas si te dejaba solo, pero...

¿Cómo te las has arreglaste para romper las tijeras?

Lo siento muchísimo. De veras.

Es que soy un bruto. No tengo la más mínima delicadeza para trabajos que requieren destreza o precisión.

¡No tienes por qué excusarte! Supongo que ya te habrá costado lo tuyo venir a pedirme ayuda.

Sí... No sabes hasta qué punto odio ser tan torpe. Creo que jamás aprenderé a usar bien la aguja.

No puedes rendirte de buenas a primeras. ¡Solo es cuestión de práctica!

¿No eras tú el que decías que, a base de perseverancia, cualquiera puede mejorar en aquello que se proponga?

P-pues sí, no lo voy a negar... Además, no soy de los que se rinden fácilmente. De acuerdo, volveré a intentarlo.

Así me gusta. Bien, comencemos de nuevo: vamos a asegurarnos de que la aguja esté enhebrada esta vez.

¡Maldita sea! ¡Ya he doblado otra!