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Miguela enters the scene
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Alois enters the scene
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Alois
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¡Miguela! Quisiera hablar contigo sobre algo.
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Miguela
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Hola, Alois. ¿Estás bien? Te veo más serio que de costumbre.
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Alois
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Tengo un problema grave. ¿Me ayudarías a buscar un regalo para mi chiquilla?
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Alois
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Su cumpleaños está a la vuelta de la esquina y no se me ocurre con qué puedo agasajarla.
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Alois
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La verdad es que, aunque le he enviado estupendos detalles año tras año, ninguno de ellos le ha hecho demasiada gracia.
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Alois
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Así que este año quiero elegir algo que sea verdaderamente único. ¡Algo que le guste de verdad!
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Miguela
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No soy madre, así que no tengo ni idea de cómo elegir un regalo para tu hija.
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Miguela
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Debo pedirte que te marches. Necesito hacer espacio para enfermos y heridos; seguro que llega alguno en cualquier momento.
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Alois
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¡Ten compasión! ¿No puedes intentarlo siquiera? ¡Es una emergencia!
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Alois
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Mira que le he dado vueltas, pero no sé qué tipo de cosas le gustan... y la fecha se acerca peligrosamente.
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Alois
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Pensé que una mujer joven como tú podría echarme una mano.
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Miguela
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¿P-perdona?... ¿Has dicho «joven»? ¿Podrías repetírmelo, por favor?
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Alois
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¡Faltaba más! Lo que sea por una dama tan joven, encantadora y bella como tú.
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Alois
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Dudo que exista alguien que encaje mejor con tales adjetivos.
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Miguela
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Bien, me has convencido con tus sagaces comentarios.
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Miguela
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Hablemos del regalo para tu hija.
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Alois
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¡Te lo agradezco! Entonces, ¿me acompañarás a comprarle algo cuando hayas acabado?
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Miguela
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Bueno. Empecemos primero por lo fácil: ¿qué cosas le gustan a tu hija?
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Miguela
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¿Qué otros regalos de cumpleaños le has hecho?
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Alois
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Los últimos años le enviaba siempre monedas antiguas.
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Miguela
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¿Cómo dices?
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Alois
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Monedas de civilizaciones antiguas. Las coleccionaba con mucho empeño para poder enviárselas a ella.
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Alois
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Son muy valiosas y tienen una gran importancia histórica. ¿No crees que son un regalo magnífico?
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Miguela
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(...)
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Alois
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¿Qué pasa? Supongo que las monedas antiguas no te parecen un regalo apropiado.
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Miguela
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Seguro que serían un obsequio estupendo... para alguien que supiese apreciarlas.
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Miguela
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¿Sabes qué, Alois? No desesperes; se me ocurrirá algo que le guste a tu hija y que le sirva para olvidarse de todos los regalos anteriores.