La ambición de Claude

¡Hola, compañero/a! Es curioso: el monasterio, que antes estaba en ruinas, ahora parece de lo más animado.

Gracias a la promesa que nos hicimos hace cinco años, nos hemos reunido con nuestros compañeros... ¡e incluso con los Caballeros!

Es como si nunca nos hubiésemos movido de aquí, esperando tu despertar.

Que sepas que hemos decidido luchar todos juntos contra el ejército imperial.

Pero todavía hay gente que tiene dudas, así que no sería mala idea que hablaras con todos para motivarlos.

Ahora que he perdido mis tierras, puede que mi título nobiliario parezca mera anécdota.

Pero mi corazón siempre será noble.

Juro que detendré a Edelgard, así me cueste la vida.

Ya he alzado mi espada contra ella. Llegados a este punto, no hay vuelta atrás.

Maestro/a, ¿habré tomado la senda equivocada?

Si tú lo dices...

La promesa fue hace cinco años... Debo decir que me sorprende ver cuántos hemos acudido a la cita.

Yo he venido solamente porque esperaba coincidir contigo de nuevo, maestro/a.

Hasta hace poco, he estado en el Imperio, con mi familia. Admito que me siento un poco culpable por traicionar a su majestad... pero solo un poco.

Ahora que volvemos a estar todos reunidos, supongo que la lucha comenzará muy pronto.

¡Eh, profe! ¡No te lo vas a creer!...

Tras la caída de Garreg Mach, pensé que no podría regresar al Imperio, así que comencé a vagar por el Reino y la Alianza.

Pero entonces me topé por casualidad con mis antiguos compañeros... ¡y decidimos volver juntos al monasterio!

¡Por fin, he vuelto a mis dominios! A mi solitario paraíso. ¡A mi reino de delicioso aislamiento!

¿Eh? ¿Maestro/a? Eres... mmm... ¿eres tú?

Tú... ¿has oído lo que acabo de decir?

♪ Laaa, la, laaaa, laláaa... ♪

¡Profe! ¡Qué alegría verte de nuevo!

Han desaparecido tantos de nuestros viejos amigos... Pero tú... ¡has regresado!

¡Es increíble volver a verte después de cinco años!

Tengo la sensación de que tu nombre pasará a la historia.

Edelgard controla Imperio y presiona Reino y Alianza.

Imperio y religión enfrentan abiertamente. No será fácil para nosotros.

Pero hay muchos nobles corruptos. Eso enfada gente y pone de nuestro lado.

Contigo, maestro/maestra, damos vuelta a batalla, estoy segura.

Un país sin rey no tiene futuro.

Por eso he venido aquí. No me decepciones, maestro/a.

Aquí estoy yo, el heredero de la Casa Gautier, luchando junto a la Alianza.

Me imagino a mi padre, con el gesto torcido por la rabia, poniéndome a caer de un burro.

El caso es que no le veía sentido a quedarme en Faerghus a luchar.

Perdona, profe, no te lo estoy contando porque me arrepienta de mi decisión. Solo estoy pensando en voz alta.

Y de verdad espero no haber cometido un error.

Maestro/a, verte a ti y a mis antiguos compañeros... ¡Me siento como si hubiéramos retrocedido en el tiempo!

Ahora que nos hemos reunido todos de nuevo, ya no me embarga la amargura.

¡Unamos nuestras fuerzas por el bien común, como hace cinco años!

Los Caballeros de Seiros dicen que padre dejó la orden hace cinco años.

Aseguran que anunció su regreso al Reino, pero nadie ha oído hablar de él desde entonces.

Ni tampoco tengo noticias de que haya vuelto con madre...

Entonces, ¿dónde estará? ¿Dónde estás, padre?...

Profe... quiero hacerte una propuesta.

¿Y si vamos más allá de los Caballeros de Seiros y reunimos aliados de todos los rincones de Fódlan para nuestra causa?

A decir verdad, para alzarnos contra el Imperio, habría sido mejor aliarse con el Reino, pero me temo que ahora ya... En fin.

Aunque no necesito su aprobación, le he escrito a mi padre para darle a conocer mi intención de permanecer aquí.

Volver ahora al territorio de la Alianza no me reportaría gran cosa.

En cambio, quedándome tengo influencia directa sobre los acontecimientos del campo de batalla.

Tener la oportunidad de luchar de nuevo junto a ti y los demás es un sueño hecho realidad, maestro/a.

Y no te preocupes por mi hermanita. Está en casa, ocupándose del negocio familiar.

Pensaba que me iba a tocar a mí regresar y tomar las riendas del asunto.

Pero, gracias a ti y a Claude, ¡puedo perseguir mi sueño de convertirme en un caballero hecho y derecho!

Han arreglado un poco el desastre, pero las cicatrices de una gran batalla tardan en sanar...

Me refiero a nuestra gloriosa catedral. Es triste que, tras mil años de historia, haya acabado así.

Algún día yo mismo la reconstruiré. Esta catedral es el símbolo de Fódlan.

Creo que pintaré un cuadro que refleje su antigua grandeza antes de que se desvanezca por completo de mi memoria...

Creo que me he vuelto una persona impaciente porque, durante estos cinco años, he tenido las manos atadas.

Pero ahora, por fin, veo un objetivo claro y puedo actuar. Te lo agradezco, maestro/a; a ti y a los demás.

Aunque la catedral esté en ruinas, eso no nos impide rezar.

Seguro que nuestras plegarias llegarán a la Diosa...

No pierdo la esperanza de que, algún día, estas ruinas recuperen su viejo esplendor.

Mira que yo soy bastante testaruda, pero Claude no me va muy a la zaga.

Ha sido capaz de implicar a los Caballeros en esto. Tú también deberías andarte con cuidado, profe.

Si estoy aquí, luchando a tu lado, no es solo por mi pueblo, ¿sabes?

También es porque fui la mejor alumna del capitán Jeralt, y él me pidió que cuidara de ti.

Pero mantenerte con vida no basta. Mi obligación es asegurar además la victoria.

Así que tú esfuérzate al máximo, profe, que yo mientras te cubro las espaldas.

He pasado cinco largos años buscándoos a ti y a la Arzobispa. Es un placer volver a verte.

La Iglesia de Seiros obedecerá tu voluntad de ahora en adelante, pero te ruego que no abandones la búsqueda de Rhea.

Maestro/a, ¡me alegra tanto que estéis bien!

Sea cual sea la senda que elijáis, permaneceré a vuestro lado.

Estoy a vuestra entera disposición. Es lo mínimo; no en vano, ¡os debo la vida!

Por fortuna, parece que ni los documentos ni el equipo que necesito para mi investigación han resultado dañados.

Aunque me pica la curiosidad: has dicho que te has pasado los últimos cinco años en letargo, ¿verdad? Es increíble.

Quizá sea otra de las propiedades del emblema que portas. Me encantaría poder estudiarlo en profundidad...

¡Profesor/sora! ¡Pero si no has cambiado nada!

Dada tu edad, esperaba ver una transformación radical tras cinco años...

Aunque supongo que yo tampoco he cambiado, ¿verdad? Gracias por fijarte.

Ya pensaba que no iba a volver a verte. ¿Dónde diantres te habías metido?

Da igual. Ahora que nos hemos rencontrado sanos y salvos, ¡ya puedo cumplir mi promesa!

En ausencia de lady Rhea, te seguiré. Es lo que ella hubiera querido que hiciera.

Pero quiero que sepas que, dondequiera que nos lleves, seguiré buscándola.

Hoy en día soy más mercenaria que caballero. Trabajo solo por lo que me pagan.

Nunca he sentido demasiado apego por Fódlan. Pensaba marcharme pronto.

Pero, si tú estás por aquí, tal vez cambie de idea.

Yo de albañilería y esas cosas no sé nada, pero haré todo lo que pueda para limpiar este desastre.

Voy a dejar los aposentos de lady Rhea como una patena. Así podrá quedarse aquí en cuanto regrese.

Tienes que encontrarla, profesor/sora. Como sea.

¡Saludos, profesor/sora! ¡Sin novedad en el puesto!

Pero es un placer poder saludarte de nuevo. De hecho, hasta me he emocionado un poco, perdona...

Hace cinco años casi me matan en combate, pero sobreviví... ¡y no pienso dejar que nuestros enemigos vuelvan a entrar en este lugar, te lo aseguro!

Así se presenten con el Caballero Sanguinario a la cabeza... ¡Me propongo seguir entrenando hasta asegurarme de poder derrotarlo!

Las cosas que no llegan aquí muchas veces pueden obtenerse bajo tierra, por increíble que parezca.

¿No conoces el subsuelo de Garreg Mach? Te aseguro que es un paraíso para quienes no pueden vivir en la superficie...

Esa gentuza del Abismo no hace más que causarnos problemas.

Son una plaga que asuela las entrañas de Garreg Mach... Deberíamos hacer una purga.

Parece que los monjes que aquí vivían se han trasladado a la ciudad a lo largo del último lustro.

Cuando se enteren de nuestro regreso, quizá vuelvan a este lugar.

Ojalá que el monasterio recupere algún día el trajín que tenía antaño.

La búsqueda de su santidad la Arzobispa ha llevado a Seteth por las iglesias de todo el país.

Eso ha servido para demostrar a los fieles de todo Fódlan que la Iglesia de Seiros sigue en auge.

Gracias a ello, la calma reina entre el laicado.

Los conflictos que enfrentan entre sí a los duques de la Alianza ponen en peligro la paz y la prosperidad de nuestras tierras.

Los bandidos han aprovechado el caos para aumentar su número en las inmediaciones del Gran Puente de Myrddin.

Según dicen, el señor de esas tierras, un tal Acheron, es un absoluto inepto como dirigente...

Durante los festejos del milenario, estaba previsto que se reunieran los dirigentes de todas las naciones para comprometerse a mantener la paz.

Pero esa posibilidad se ha ido al garete gracias a las temerarias acciones del Imperio.

El Reino también ha cambiado mucho. Me temo que nada volverá a ser como hace cinco años...

Hola. Cuánto tiempo ha pasado, ¿verdad? ¿Te sorprende verme aquí?

He venido en cuando supe que estabas vivo/viva. Eres más importante para mí de lo que imaginas.

Mientras persigamos el mismo fin, estaré feliz de trabajar a tu lado.

Los últimos cinco años han sido tal locura que hasta los cazarrecompensas me han dejado en paz. Incluso los extraño un poco.

No tengo familia que defender, así que mis puños están a tu disposición. Haré lo que me digas, compa.

Si te preocupa que haya perdido facultades, que sepas que he estado luchando contra bandidos para mantenerme en forma.

Noto en tu cara el alivio que sientes al verme.

Antes de que me lo preguntes, sí: pondré mi asombrosa magia a tu disposición como recompensa por esperarme.

Eso sí, mi ayuda tiene un precio: a cambio de ella, espero que ayudes a la Casa Nuvelle a recuperar su esplendor.

¡Por fin has vuelto! Te he esperado mucho tiempo.

Pensé que habías muerto, pero... no tenía adónde ir, así que aquí me quedé.

Me sentía un poco sola. Ya te habrás percatado de que hemos perdido a mucha gente por aquí...

¿Qué tal va todo, profesor/profesora? ¿La salud bien? Y, lo más importante, ¿los negocios también?

Ojalá pudiera quedarme a escuchar tus aventuras, pero tengo mucho trabajo. Y el trabajo es dinero, así que, si me disculpas...

¿Qué tal va todo, profesor/profesora? ¿La salud bien? Y, lo más importante, ¿los negocios también?

Ojalá pudiera quedarme a escuchar tus aventuras, pero tengo mucho trabajo. Y el trabajo es dinero, así que, si me disculpas...

Los ánimos están bastante alterados en todas partes. No conozco a un solo compañero de gremio que no haya visto amenazado su modo de vida...

Solo espero que las cosas vuelvan a su cauce lo antes posible. La gente necesita algo más que mis increíbles ofertas para volver a sonreír.

¿Cómo dices? ¿Quieres que te hable del Abismo?...

Se trata de unos vestigios subterráneos que yacen bajo Garreg Mach. Eso es el Abismo.

Hay gente que ha encontrado ahí su hogar. Cada cual tendrá sus motivos y su historia...

Pero solo los mercaderes más osados se atreverían a aventurarse en un lugar así. Si te sirve mi consejo, sugiero que también lo evites tú.

Escucha. Hay novedades en el puesto...

¡Pero si eres tú! ¡Y sigues con vida! Han pasado cinco años, ¿no? El tiempo vuela cuando estás de guardia.

Pues yo he estado aquí todo este tiempo. Día tras día. No es que tenga otro lugar al que ir...

Parece que los Caballeros de Seiros han retornado. Me pregunto si habrá vuelto quien tú sabes.

Un montón de gente se largó de aquí cuando las cosas se pusieron feas.

Dicen que era la Iglesia la que solía mantener el orden por estos lares.

Pero el que de verdad nos mantiene a salvo del caos total es Yuri.

Un montón de gente se largó de aquí cuando las cosas se pusieron feas.

Dicen que era la Iglesia la que solía mantener el orden por estos lares.

Conque tú eres el hijo/la hija de Jeralt... Te pareces mucho a tu madre.

Por ciertos motivos, he tenido que ausentarme del monasterio durante un tiempo.

¿Puedo pedirte un favor?

¿Te importaría poner unas flores en la tumba de tu madre?

Estoy seguro de que le encantaría que fueses tú quien se las llevases.

Muchas gracias. Esas eran justamente sus flores favoritas.

Ya puedo dormir en paz.

Ahora debo irme. Prométeme que te cuidarás.

Pórtate bien con Jeralt. Es lo que ella desearía.