Annette & Gilbert A+ / houses.fedatamine.com

Annette, Gilbert enter the scene

Hola, padre... ¿Tienes un momento?

Por supuesto.

Yo, eh... he leído todas las cartas. No dejaste de escribirlas en ningún momento, ¿verdad?

(...)

En mi cumpleaños, por el cumpleaños de madre... Cada fecha señalada... siempre...

Sí.

¿Por qué no enviaste ninguna? ¡Si al menos hubieras enviado una, nosotras...!

Algo me impedía hacerlo cada vez que lo intentaba. Enviarlas habría reducido mi penitencia.

Pasó el tiempo y el sentimiento de culpa que sentía por ustedes creció.

Aunque escribí las cartas, no pude enviarlas.

Solía hablar del tema con madre. Decíamos: «Si escribiera, aunque solo fuera una vez...».

Hemos estado esperando... todos estos años.

Lo siento.

Ya estoy harta de oírte decir eso, para. ¡Tus disculpas no cambian nada!

Tienes que enviarle todas esas cartas a madre. La haría muy feliz saber de ti.

No puedo.

En ese caso, ¿las puedo enviar yo?

Te las he dado. Puedes hacer con ellas lo que te plazca.

Muy bien, entonces las enviaré. ¡Luego no podrás cambiar de idea!

Padre, quiero que sepas que me ha hecho muy feliz.

¿El qué?

Descubrir que no has dejado de pensar en nosotras todo este tiempo.

Nosotras también estábamos preocupadas por ti. Aunque quizá nunca lo mencionáramos...

Pensábamos que quizá nos odiabas, que estabas tratando de olvidarte de nosotras.

Eso nunca. Lo juro por el antiguo rey y por mi patria.

Ya veo... Pues prométeme una cosa.

Prométeme que algún día... no... Que cuando acabe esta guerra, volverás con nosotras.

Muy bien, Annette. Prometo que volveré.

¡Lo has prometido! Si rompes tu promesa, no volveré a hablar contigo nunca más.

Sí. Te lo prometo.

¡Genial! Qué contenta estoy. ¡Vamos a volver a vivir como una familia!

Espero impaciente que llegue ese momento, Annette. Más que nada en el mundo.