La adversidad nos ayuda a apreciar los buenos momentos.
No siempre me apetece mediar en las peleas entre
los niños mimados de la nobleza, pero, si no lo hago,
los padres se quejan. Menudo muermo.
Sería entretenido invitar a los padres a pelearse.
No pasa nada por dejar que se peleen.
Nuestros estudiantes necesitan que los protejamos.
Parte 2
Me fascinan los edificios en ruinas. Nos recuerdan
que ningún hogar es permanente.
Eso demuestra que la vida está llena de reveses.
Podemos irlos restaurando poquito a poco.
¿Y si los derribamos para volverlos a construir?
Uno de mis subordinados se siente mal porque una misión
de reconocimiento ha fracasado. ¿Cómo puedo hacerle ver
que volver de una pieza ya es un éxito en sí mismo?
Dile que solo quienes sobreviven pueden luchar otro día.
Dile que si muere tendrás que adiestrar a otro soldado.