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Byleth, Rhea, Seteth enter the scene
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Rhea
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Tengo una nueva misión para ti, profesor/sora.
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Rhea
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Quiero que te dirijas con tus estudiantes al Sacro Reino de Faerghus para acabar con unos ladrones.
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Seteth
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Han robado una de las reliquias de los héroes, la perteneciente a la noble Casa Gautier: la Lanza de la Ruina.
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Seteth
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Su cabecilla es un tal Miklan. Por lo visto, se trata de un vástago desheredado de la propia Casa Gautier.
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Seteth
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Es probable que por carecer de un emblema. Este tipo de cosas pasan con bastante frecuencia en el Reino.
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Rhea
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Quienes no poseen un emblema pueden blandir las reliquias, pero no encauzar todo el poder de la Diosa.
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Seteth
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Porque hay una reliquia de los héroes en juego, y por lo tanto la misión entraña más peligro del que un solo noble puede asumir por su cuenta.
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Seteth
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Las reliquias de los héroes son armas muy poderosas. Debemos hacer frente a la amenaza con los medios adecuados.
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Seteth
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Por desgracia, la mayor parte de los Caballeros de Seiros se encuentra fuera del monasterio, purgando a los apóstatas de la Iglesia de Occidente.
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Seteth
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De ahí que te encarguemos a ti la misión. Además, cuentas con la Espada de la Creación, perfectamente capaz de medirse a cualquier reliquia de los héroes.
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Rhea
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Su poder, de hecho, es muy superior al de esas armas. No tienes nada que temer.
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Rhea
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Pero, para asegurarnos de que ni tú ni los estudiantes sufráis daño alguno, enviaremos con vosotros a los mejores luchadores del monasterio.
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Seteth
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Te recuerdo que se espera de ti un comportamiento a la altura del/de la portador/portadora de una espada sagrada.
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Seteth
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Por cierto, el profesor Hanneman te estaba buscando. Eso es todo.
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Byleth enters the scene
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Dimitri enters the scene
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Dimitri
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Acaban de decirme cuál es la misión de este mes: viajar al Reino para despachar a unos bandidos.
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Dimitri
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Lamento que te involucren de esta manera en las patéticas disputas de mi tierra... Si alguien debe asumir la carga por ellas, soy yo.
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Dimitri
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Gracias, maestro/a. Oír esas palabras me tranquiliza.
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Dimitri
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¿Mmmm?
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Rodrigue enters the scene
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Rodrigue
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Alteza... ¡Cuánto tiempo!
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Dimitri
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¡Sí que hace tiempo! Dos años, si las cuentas no me fallan.
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Rodrigue
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Así es. Has crecido tanto que casi no te reconozco.
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Dimitri
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Maestro/a, te presento a Rodrigue, un viejo amigo de mi padre. Lo conozco desde mi más tierna infancia.
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Dimitri
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Maestro/a, te presento a Rodrigue, un viejo amigo de mi padre. Creo que ya te he hablado de él.
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Dimitri
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Cuando mi padre falleció, hace cuatro años, lord Rodrigue cuidó de mí como si fuera su propio hijo.
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Rodrigue
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Me halagas en exceso, alteza. Convertirme en tutor tuyo fue todo un honor para mí.
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Rodrigue
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Es un placer conocerte al fin, profesor/ora. Mi hijo, Felix, te menciona a menudo.
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Dimitri
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¿Qué te trae al monasterio, Rodrigue? ¿Se trata de los bandidos que asuelan el Reino?
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Rodrigue
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Me temo que así es. El asunto no afecta solo a la Casa Gautier, sino a todo el mundo.
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Rodrigue
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Los ladrones se han instalado en nuestras tierras, las de los Fraldarius, y han saqueado los pueblos de la zona sin piedad alguna.
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Rodrigue
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Contáis con toda nuestra ayuda para librarnos de esos desgraciados.
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Hanneman enters the scene
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Byleth enters the scene
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Hanneman
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Me alegro de verte, profesor/sora. Últimamente estás en boca de todos...
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Hanneman
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Sobre todo desde que despertaste el poder de la Espada de la Creación, algo que despeja toda duda acerca de la naturaleza de tu emblema.
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Hanneman
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Yo ya lo había visto antes, cierto es, pero no acerté a identificarlo en un principio.
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Hanneman
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De repente, me vino a la cabeza la idea de que quizá solo era visible una pequeña parte de un todo mucho mayor.
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Hanneman
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Dicho de otra manera: que tu emblema era demasiado importante como para detectarlo con herramientas corrientes.
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Hanneman
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Tal descubrimiento me llevó a teorizar sobre emblemas que encajasen con esa descripción y a construir una hipótesis inicial.
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Hanneman
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Pero la conclusión a la que llegué era tan sumamente inusual que me costaba aceptarla:
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Hanneman
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debía tratarse de un emblema nunca visto en nuestro mundo desde la caída de Némesis, el Rey Libertador, hace un milenio.
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Hanneman
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Es decir, el emblema de fuego. Ese es el que tú posees.
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El emblema de fuego...
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Hanneman
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El mero hecho de que seas capaz de manejar la Espada de la Creación valida mi hipótesis.
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Hanneman
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Un arma legendaria, en letargo desde tiempos inmemoriales y que al fin reaparece...
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Hanneman
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Sí, no cabe duda de cuál es el poder que albergas en tu interior.