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Flayn, Dedue enter the scene
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Flayn
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Esto... Saludos, Dedue... Venía a pediros disculpas de todo corazón.
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Dedue
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¿Por qué?
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Flayn
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Veréis... Es que traté de preparar una receta por mi cuenta... y el resultado fue desastroso.
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Flayn
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Creo que sazoné el plato en exceso. Un error de principiante.
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Dedue
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Todos cometemos fallos.
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Flayn
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Sí, mas, maese... digo... Dedue... ¡desobedecí vuestras instrucciones! De forma flagrante, cabe añadir.
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Flayn
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Sabía que, para atreverse a cocinar, era menester dominar por completo los utensilios.
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Flayn
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Soy una pésima estudiante... ¿Dejaréis de instruirme?
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Dedue
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¿Quieres que lo haga?
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Flayn
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Por supuesto que no. Daría cualquier cosa con tal de seguir aprendiendo de vos.
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Dedue
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Pues entonces seguiremos como hasta ahora.
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Flayn
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Esto... ¿¡Habláis en serio!?
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Dedue
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Sí. Y, de todas formas, tu receta no salió tan mal.
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Dedue
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El sabor era horrible, pero te esmeraste al máximo en su preparación.
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Dedue
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Se notaba que querías complacer a los comensales y demostrar todo lo que has aprendido.
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Flayn
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¿Me estáis diciendo que probasteis mi plato?...
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Dedue
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En efecto.
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Dedue
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Los ingredientes estaban cortados a la perfección.
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Dedue
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Y no recuerdo haberte enseñado a limpiar el pescado. Supongo que has aprendido sola.
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Flayn
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Sí, observándoos...
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Dedue
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Está claro que tienes talento. Algún día me superarás.
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Flayn
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Pensaba que os mostraríais airado conmigo.
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Flayn
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No me dejáis más remedio: juro solemnemente que algún día os deleitaré con un manjar delicioso.
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Flayn
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Por muchos años que dedique al empeño, nada me apartará de mi objetivo. ¡Solo os pido que me ayudéis a conseguirlo!
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Dedue
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Será un placer.
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Dedue
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Yo también espero que lo consigas. Y no me importa cuánto tiempo lleve.
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Dedue
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Pasemos a la siguiente lección, Flayn: cómo seleccionar y sazonar ingredientes.
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Flayn
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¡Sí, maese...! Quiero decir... Dedue.
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Dedue
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Anda, llámame como prefieras.
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Flayn
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¿De veras? ¡Qué emoción! Veamos... Maese Dedue... o, mejor, «maestro pastelero Deduelón». O... ¡«gran chef Deduicioso»!
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Dedue
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En fin. Ahora ya es tarde para arrepentirse.
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Flayn
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¡Ya lo tengo! ¡«Deduitos de oro»!