Ashe & Cyril A

Ashe
(Esto no me gusta nada... Los he perdido de vista, y seguro que esos monstruos siguen merodeando por ahí...)

Ashe
(Será mejor que vuelva al monasterio antes de que anochezca.)

Cyril
¡Ashe!

Cyril
Ashe, ¡por fin te encuentro!

Ashe
¡Cyril! ¿Qué haces aquí?

Ashe
Estás lejísimos de tu puesto.

Cyril
Me he enterado de que te habías perdido y te he buscado por todas partes.

Cyril
Mira, traigo un mapa de la zona. Te servirá para volver a casa, ¿no?

Ashe
¿Has venido hasta aquí para dármelo? ¿Tú solo? ¡Con lo peligroso que es!

Cyril
¿Acaso te molesta?

Ashe
Para nada. De hecho, me va a ser de gran ayuda.

Ashe
Lo que pasa es que has corrido un riesgo muy grande para venir.

Cyril
Ya, pero... ¿no éramos amigos?

Cyril
Eso fue lo que dijiste, Ashe: que los amigos se ayudan cuando uno está en apuros.

Ashe
Cierto, tienes razón.

Ashe
Bueno, volvamos al monasterio. Cuento contigo para que me guíes.

Cyril
Lo sé. Por eso he venido.

Cyril
Oh, no. Ahora que lo pienso, me va a caer una buena cuando vuelva, ¿no?

Ashe
Seguramente. Has desobedecido las órdenes al abandonar tu puesto.

Ashe
Pero no te preocupes; compartiremos el castigo.

Cyril
¿Y eso por qué? Si tú no has hecho nada...

Ashe
Es verdad, pero somos amigos, ¿no?

Cyril
¿Es que los amigos tienen que comerse juntos las broncas? No lo creo.

Ashe
Yo no lo veo así. Deben estar a las duras y a las maduras.

Ashe
Que el rapapolvo se reparta entre los dos. Para eso están los amigos.

Cyril
Conque «para eso están los amigos»...

Cyril
Vale. Entonces, cuando te metas en un lío, avísame para que nos regañen a los dos.

Ashe
Te tomo la palabra, porque creo que nuestra amistad va a durar muchos años.

Cyril
Ya lo creo, ¡amigos para siempre! Te lo prometo, Ashe.