Edelgard & Manuela C / houses.fedatamine.com

Manuela enters the scene

♪ Mmm, mmm, mmm. Laaa, la, laaa, la. ♪

Edelgard enters the scene

Esa canción...

♪ Mmm, la, la, mmm... ♪ ¡Anda, Edelgard!

Profesora Manuela, creo que escuché esa canción que tarareas hace muchísimo tiempo.

Y estoy segura de que también eras tú quien cantaba. ¿Sería en la ópera de la capital imperial?

¡En efecto! Seguro que me viste en alguna función. ¡Me halaga que te acuerdes!

Actué en Enbarr con la Compañía Operística Mittelfrank en diversas ocasiones.

¡Ya me parecía! Fui a verte con mi tío.

Me quedé con ganas de ir otra vez, pero tras aquella función me llevó al exilio en el Reino...

Cuando regresé al Imperio varios años más tarde, tú ya te habías retirado.

Es una lástima. ¿Entonces solo me has visto actuar una vez?

Muy a mi pesar, así es.

¿Y aun así te acordabas... incluso de la melodía de la canción? ¡Me siento muy halagada!

Sí, así de impresionada me dejó tu voz.

¿Cómo es que te retiraste tan joven? Seguro que podrías haber seguido actuando otros 10 o 20 años.

Pues claro. Otras intérpretes han actuado durante décadas.

Pero eso no era para mí. Decidí retirarme cuando estaba en lo más alto.

Mi voz es un regalo de la Diosa. Pero, como todo, con la edad se irá estropeando y al final perderé ese don.

Así que decidí que necesitaba otra forma de ganarme la vida antes de que llegase el fatídico día.

Necesitaba probarme a mí misma que podía salir adelante... incluso después de que mi don volviese a manos de la Diosa.

O sea que, aun creyendo en la Diosa, ¿querías probar a sobrevivir por ti misma?

Me cuesta explicarlo, pero, según lo veo, la Diosa me ofrece apoyo espiritual y emocional...

El resto depende de mí.