Bajo la superficie

Perdón, pero ¿podría ser que me encuentre ante la mismísima princesa imperial?

En efecto. Y, si no he entendido mal, tú eres Constance, de la Casa Nuvelle.

Recuerdo haber oído las noticias de tu desaparición, pero nunca pensé que te encontraría en un lugar como este...

A mí también me sorprende verte. ¿Qué asuntos te traen aquí?

Porque dudo que se trate de mera curiosidad...

Como sin duda sabrás, buscamos a un individuo sospechoso.

¿Qué opinas, maestro/maestra? La ciudad tiene un encanto... peculiar, ¿verdad?

Resulta casi poético que quienes son perseguidos en la superficie encuentren refugio aquí.

Y con eso no quiero decir que debamos quedarnos de brazos cruzados y dar por bueno todo lo que ocurre en Fódlan... Es nuestro deber actuar.

Solo afirmo que la idea de este lugar se me antoja muy atractiva.

¿Quién me iba a decir a mí que había una ciudad entera bajo el monasterio?

¡Y con una cuarta y enigmática casa, por si fuera poco! Cuánto misterio... ¡y qué ganas de resolverlo!

Aunque seguro que Rhea ya estaba al tanto de lo que se cocía aquí abajo. La de secretos que guarda esa mujer...

Ah, hola, maestro/maestra. ¿Has visto la biblioteca que tienen aquí?

Es muy distinta a la del monasterio, y su colección me parece fascinante.

Contiene toda suerte de pastiches, libros prohibidos, leyendas, grimorios y herejías varias. No pegaré ojo esta noche.

Así que aquí es donde la gente del Abismo tira las cosas que ya no quieren...

Pensaba que no encontraría nada interesante, pero lo cierto es que hay muchísimo material útil.

Como dicen que podemos coger lo que deseemos, sería buena idea echar un vistazo de vez en cuando.

¡Hola, profe! Aún no he hecho las presentaciones de rigor, así que allá va: este es Baltie, el mejor amigo de mi hermano.

En realidad me llamo Balthus... Supongo que habrás oído hablar de mí en la Alianza. Se me conoce como... ¿Qué palabra podría usar?

Puede que no lo parezca, pero antes pertenecía a una modesta casa noble. La de vueltas que da la vida, ¿eh?

Te conozco, Baltie. Seguro que te has metido tú solito en un montón de problemas...

No perteneces a los caballeros sacros, ni tampoco pareces nada del otro mundo, pero me intriga esa reliquia de los héroes que posees.

He oído muchas cosas sobre ti, pero nunca pensé que te vería por aquí abajo buscando a alguien y extraviándote en el intento.

En realidad, solo nosotros usamos este lugar. Fuimos expulsados de la Academia y por diversos motivos no podemos volver a la superficie.

Ya comprobarás que somos un grupo de lo más variopinto. Pero, una vez que nos conozcas, seguro que te caemos bien.

Hola, recién llegado/llegada. Si me permites un consejo, intenta no meterte donde no te llaman.

La gente del Abismo valora mucho su privacidad. Si te dedicas a ir husmeando por ahí, lo más seguro es que te metas en algún lío.

Ah, espera, que no me he presentado como es debido... Me llamo Hapi.

¡Escucha! ¡Hay novedades en el puesto! En concreto, acerca de ti y tus estudiantes... Pega bien la oreja.

Los Lobos Plateados parecerán duros de pelar, pero son inofensivos... Te advierto de que por aquí te vas a aburrir de lo lindo.

Aunque, si aceptas un consejo, disfruta del tostón. Es un lujo que no todos pueden permitirse. Si te contara la de dramas que me ha tocado vivir a mí...

¿Te apetece echar un trago? Ya te digo yo que no. La bebida aquí es repugnante.

Si aquí viviera alguien importante, quizá se dignarían a vendernos mercancía de calidad, pero no es el caso.

Una lástima. Cuánto me gustaría paladear los brebajes que se echan al coleto los nobles...

Eso sí, que su bello rostro no te engañe... Es un tunante de tomo y lomo.

Lo cual no quita que aquí en el Abismo confiemos en él. Será una sabandija... pero es nuestra sabandija.

¿Tienes idea de a qué viene el jaleo que se ha montado? Espera... a ti no te había visto nunca.

¿Acabas de llegar? Pues permíteme un consejo: vigila bien tus pasos.

Por aquí solo te toparás con lo más siniestro de la sociedad. Con aquellos que han renunciado a vivir bajo la luz de la Diosa.

Búscate otro al que molestar. No me interesa nada de lo que vendas.

Ah, ¿que no eres comerciante? Mis disculpas.

Cuando tratan de darte conversación aquí abajo es para endosarte algún objeto robado a precio de oro.

Solo en el Abismo puedo rezarles a mis dioses...

Mis plegarias no van dirigidas a la diosa de Fódlan, y la estatua que hay aquí tampoco representa a ninguna de las deidades en las que creo.

Pero es el único sitio en el que se me permite orar, de modo que no hay otra opción.

Eres de la superficie, ¿verdad? ¡Seguro que eres un bicho malo!

¡Mi mamá dice que la gente de allí arriba es lo peor!

Le he dicho a Yuri que de mayor quiero ser como él, pero me ha respondido que me quite esa idea de la cabeza...

Y a Balthus le dije que no quería ser como él cuando creciese, ¡y me respondió que me iba a convertir en una aburrida! ¿Entonces cómo quieren que sea?...